Tenéis en mi un amigo

En primer lugar, decir que este discurso está dedicado a todas aquellas personas que me han apoyado durante estos últimos años, y por ello debo dar las gracias.

Este es un periódo en el que sentimientos contradictorios están mezclándose. Por un lado, es un momento triste: a muchos de mis actuales compañeros es probable que no vuelva a verlos más. Por otro lado, es un momento de alegría: finalizamos una dura etapa para entrar en otra en la que haremos más amistades a lo largo de los próximos años.

Cuando recuerde estos años en nuestro colegio, vendrán a mi memoria recuerdos que jamás se olvidarán; han sido muchísimos años junto a vosotros. Años en los que he podido aprender muchas cosas: a tomarme las cosas con mejor humor, a despreocuparme un poco de los agobios que suscita el estudio, a confiar en mis posibilidades y también he aprendido a confiar en todas las personas que me tienden la mano y que se preocupan por mi bienestar.

Como ya he dicho antes, agradezco todo el apoyo recibido a lo largo de estos últimos años y agradezco también esos momentos en los que conseguíais sacarme una sonrisa en los momentos más difíciles. Sabéis que tenéis en mí a un amigo en el que podéis confiar y que jamás os dará la espalda.

Los profesores también han jugado un papel muy importante en este periódo de crecimiento, tanto estudiantil como personal. Muchos de ellos han estado preocupados por tí, por como te iba tanto dentro como fuera del colegio, han tratado a todos por igual, sin ningún tipo de preferecia...A todos ellos debo darles las gracias.

Finalmente, cabe decir que me habría gustado que la clase hubiera estado más unida. Este es nuestro último año y hemos estado más distantes que nunca: se han formado diferentes grupos y también han habido más de una pelea. Se puede decir que este no ha sido el mejor curso de toda mi vida, por no decir el peor.

Con este pequeño discurso he querido transmitiros todo lo que habeís sido para mí y, nuevamente, daros las gracias por todo.

 Marcos